El CUERPO HUMANO: El pulmón y Susan Hoefken

Reflexión postmortem: ¡Susan entrega mi pulmón!

Es inadmisible semejante engañifa. No puedo creer, no asimilo la sola idea, de que mientras tantos peruanos se esfuerzan, casi hasta la hazaña, en dejar bien en alto el nombre del Perú, haya gente trastornada como la tal Susan Hoefken Tovar, quien ejercitando su lúgubre creatividad, buscaba una forma en cómo crear una ‘estrategia de márketing’ que atraiga más asistencia a la exposición de El Cuerpo Humano: real y fascinante –que se realizó en la Plaza Camacho de La Molina--. Para ello su cerebro parió la infeliz idea del famoso robo del pulmón, con lo que el Perú dio la vuelta al mundo –como en sus peores épocas— de que su gente sigue siendo la misma inculta y chabacana de Sudamérica. Hasta ahí sentí vergüenza y un desafortunado menosprecio por nuestra incipiente cultura.

Me equivoqué. La susodicha Susan Hoefken, en su infinita estupidez, había tenido siempre en su poder el pulmón e inventó todo el cuento sin tener consideración al Perú, a su gente, a su cultura e historia; simplemente le importó un carajo y nos echó al basural de las lástimas (como nos veían muchos países) y pesó más el ‘recojo’ del dinero en las entradas, después de este ‘boom’.

No soy experto, pero, ¿no puede hacer algo Aspec o alguna institución pública o privada al respecto? De todas formas lo cometido ha sido en perjuicio de la imagen del Perú, delito contra la fe pública al mentir en la denuncia sobre el móvil del robo y malas prácticas para convocar asistencia al evento. Alguna medida se deberá tomar.
Esto demuestra que hay gente en nuestro país capaz de todo y sin importarles nada. Ni su país. Ni su gente. Nada.

Debemos estar preparados (sólo nos queda eso) ante las futuras arremetidas de inescrupulosos que juegan con el buen nombre de todos.