sábado, 28 de junio de 2008

WALKING ON THE MOON... (Caminando en la Luna)

Por: Eduardo Antay

Necesariamente debes leer esto, escuchando la música del vídeo

Después de muchos años escucho esta canción. Los geniales The Police y su Walking on the moon; mmm...aquellas épocas en la que mi vida la invadía con grandes dosis de música y de la buena. Permítanme contarles algo.

"Estoy camino a la luna. Siento la fuerza de la gravedad -parece que pesara cuatro veces más-. Dentro de la nave atado a mi asiento, y por las escotillas, a lo lejos, veo el cielo limpio y celeste. Acaba de pasar lo difícil. Me levanto y me dirijo hacia la ventanilla. ¡Qué hermoso cielo!, ¡qué inmensidad!, ¡qué eternidad!, se ve desde arriba. Mi corazón salta de emoción...voy a pisar la luna, -yo un limeño y mortal común de entre todos los comunes-.

Reflexiono, pienso en los demás. Cómo quisiera que todos vean, lo que mis ojos disfrutan. Me avisan de que estamos llegando a la superficie lunar. Mi corazón quiere estallar; yo lo controlo. Me muevo y me doy cuenta que algo sucede. No peso. Floto. Levito. Qué sensación...Dios mío, no puedo resistirlo. La ansiedad me embarga y mis lágrimas están ya asomándose por mis ojos. ¡Rayos!, no puedo secarme, mi visor lo impide. No importa. Estoy en la luna.

The Police...tú tienes la culpa. Gracias. Gracias por haber creado esta canción. Gracias por haberme traído a la luna...a caminar, a pasear.

La luna...ah...magnífico, absoluto, infinito. Miro al espacio exterior, es una bóveda negra llena de estrellas. Que cerca y lejanas están. Piso la luna y puedo ver mi huella. Inevitablemente, me arrodillo y hago un acto de adoración a la vida por haberme dado ese momento eterno y sublime de estar caminando en la luna.

Me levanto y miro a la tierra. Hermosa, preciosa y azul. De entre todos lo planetas; ella la escogida. Nuestro hogar. Miro el infinito y me quedo rato con la boca abierta, deslumbrado por su majestuosidad. Veo movimiento sideral, no me interesa.

Sé que este momento acabará. Sé que regresaré a casa, pero, este momento vivido se quedará impregnado en mi alma y en mi recuerdo, indeleblemente.

Es hora de irse. Echo mi último vistazo. Otra vez las lágrimas. Debo subir a la nave de regreso.
Justo antes de subir, regreso la mirada y me entra unas ganas de quedarme. Vivir solo allí con el infinito. Sonrío y me doy cuenta que sería imposible. No podría vivir en un lugar inhóspito. Digo unas cortas palabras -ya saben siempre las digo- y vuelvo a entrar. De vuelta a la nave, de vuelta a la tierra, de vuelta a la realidad. El regreso es veloz y vertiginoso. Que sensación. Absolutamente indescriptible. Entro entre las nubes, veo el mar y conmigo baja mi recuerdo, sólo mío. Yo lo viví, nadie más. Fui el elegido y privilegiado con tamaña aventura. Siento algo extraño...¡¿qué sucede?!, No es posible...¡mierda!..."

Me despierto. Fue un sueño. Me da rabia. Pero antes de que lo olvide me pongo a escribir ese sueño. Este sueño. Lo que estoy escribiendo. Porque lo viví. Y esa vivencia -aunque sea en mi cabeza- no me lo quita nadie. Porque estuve en la luna...en la luna de mis sueños. No me importa. Lo estuve. Y esto nadie me lo quita.

Gracias The Police y gracias a este hermoso tema : Walking on the moon.

sábado, 21 de junio de 2008

FRÍO NUESTRO DE CADA DÍA

Por Eduardo Antay Díaz

El clima es extremo. Oficialmente el invierno se impuso en este lado del hemisferio. Y Lima no ha sido la excepción. Hemos tenido ultimamente unas mañanas gélidas y frias. El gris del cielo limeño ha sido casi, casi melancólico. ¿Ganas de trabajar?, no lo creo, ganas de pensar, reflexionar y recordar es a lo que estimula este clima.

En esta estación del año me gusta desplazarme por todo Lima; mirar las calles mojadas, brillosas, peligrosas. Ver con atención como el aliento tibio de los limeños se contrasta con el frío del ambiente, brindando un espectáculo casi dragonesco de humo al hablar.

Observar como los viejitos --y no tan viejitos-- se calientan con los humeantes emolientes de 7 sabores. Ver a los niños sonámbulos llevados casi arrastras por sus padres al colegio (qué dolor siento por ellos), sin darse cuenta que los chicos van dejando regado por las calles sus útiles escolares, debido al sueño que llevan hasta en la mochila.

Mirar a las trabajadoras del hogar--con mandil blanco y plástico encima debido a la lluvia-- corriendo a encontrar el pan calientito para los señores de la casa.

Así es Lima por estos dias. Fría, gélida, y gris. Pero la vida continua y el calor del verano lo llevamos como siempre en el corazón.

Me gusta Lima la gris. Me gusta el invierno, porque lejos de abrigarse, se desnuda el alma de sus habitantes.

martes, 17 de junio de 2008

POR LOS SUELOS


Soy peruano, y lo seré hasta el último aliento de vida. Estoy orgulloso de mi país y de muchos peruanos, pero de otros...

Hoy Perú (el equipo de futboll), nos brindó una vez más el regalo más preciado que nos puedan dar: la realidad. Sí, gracias a ellos, sabemos que somos los últimos en la presente eliminatorias.

Y no es novedad, ¿o me equivoco? Debo agradecerle a Dios que aún tengo en la memoria, esos partidos por las eliminatorias de España '82, con narajinto y todo.

Hoy en cambio sólo hay naranjas con este enclenque equipo -¿no se han dado cuenta que nuestros jugadores son unos pigmeos en relación a los demás?- no hay nada. No pasa nada. No existen. No somos nada (en futboll).

¿Qué puedo decir con el 6-0, que nos han administrado por vía intravenosa y que a muchos les habrá paralizado el corazón?.

Nada. Esa es nuestra realidad -ironías de la vida- mientras en otras áreas somos buenos o mejores, en el futboll somos los peores. Así es pues, "de todo hay en la viña del señor".

Por ahora queda ver que hará el congreso para que de una vez por todas ponga orden en esta disciplina, venida a menos, y nos saquen de este fango asqueroso en que nos encontramos.

Esperemos ver reacciones y acciones constructivas y no apasionadas, que al final, quedan en eso intenciones apasionadas.

Igual soy peruano y sí, también ANTICHILENO, o acaso creen que el penal regalado a Uruguay del árbitro chileno es gratuito.

No comento más nada. Ese tema lo dejo para después.

LA CRUZ DEL SUR


Por Lalo Antay

Inadmisible. Eso es lo que considero las revueltas en Moquegua.

¿En qué país vivimos? ¿En una aldea de salvajes? Piensa mal y acertarás -eso me decía mi madre- y estoy seguro que detrás de todo esto, deben estar los revolucionarios de toda la vida (ya saben a quién o quiénes me refiero).

¿Por qué no somos más civilizados, recatados y razonables? Casi me olvido; es el abismo social que existe en nuestra patria -esto nos distancia culturalmente- pero, que no justifica la salvajada cometida por unos energúmenos del sur.

En un país como el nuestro, donde existe el estado de dercho, debería existir para todos sin excepción; para ciudadanos como para policias. ¿Y qué sucedió allá? Tomaron de rehén al mismo general con su personal a cargo. Eso es el atrevimiento de la ignortancia.

Debemos aprender a respetar a nuestras autoridades -porque eso es darle vida y vigencia al estado de derecho- gusten o no nos gusten. Ese el preciado axioma de una democracia.

Si queremos protestar, hagámoslo, pero no de la forma tan desproporcionada como se ha hecho en Moquegua -ciudad por lo demás preciosa- que ha afectado a un sinnúmero de personas que nada tienen que ver con el asunto, como niños, ancianos y extranjeros; a menos, que tengamos un objetivo mucho más diabólico: la desestabilidad política del estado.

Si fuera así, que el peso de la ley caiga sobre los organizadores y líderes de esta revuelta, y que las penas sean severas.

Mientras tanto, si es necesario, las fuerzas armadas deberían entrar a poner "orden y disciplina", y repartir unos cuantos 'cariños' a la indomable, atrevida y desbocada multitud.

El Perú crece y con él debe crecer su gente; no permitamos que ciertos desadaptados sociales se inpterpongan. Es hora de que las autoridades deban poner no la mano, sino, el 'puño' duro.

He dicho.

sábado, 14 de junio de 2008

EL PLANETA Y TÚ

Por Eduardo Antay

Imaginemos por un instante a un paciente grave. Su cuadro sintomático es variado. Presenta fiebre alta, espasmos musculares, y los médicos determinan que diversas toxinas han contaminado su cuerpo. Hacen lo posible por recuperarlo, pero, ante la leve mejoría, aparecen otro signos y síntomas.
En este caso, si fuese un paciente cualquiera, los médicos tratarían de brindarle ayuda médica paliativa; esperando sólo que le sobrevenga la muerte.
Ahora déjenme decirle que este paciente no es un hombre, sino, nuestro hogar: La Tierra.

Sería demasiado extenso y abrumador detallarles los castigos que el hombre le ha causado a nuestro planeta. Solo enumeraré algunas: La Deforestación de los bosques. Existen millones de hectáreas deforestadas en el planeta –y se hace cada segundo – restándole así esa capacidad a la atmósfera de canjear oxígeno por dióxido de carbono. Los Deshechos Tóxicos, que no son otra cosa que materiales nocivos vertidos a la tierra y el agua, contaminando de esta forma el medio ambiente. Y la más importante de todas: La contaminación del aire, produciendo el efecto invernadero. Es tanta la cantidad de emanaciones de gases tóxicos (sumado a ellos la deforestación de bosques y selvas) que nuestra atmósfera no puede neutralizarla (debido a la sistemática desaparición de la capa de ozono) calentando el planeta y consecuentemente produciendo mega deshielos en los polos.
Se presume que en 25 años podamos ver nuevas costas, ya que, las actuales conocidas, se sumergirán debido a la elevación del nivel del mar.

Todo este conjunto de síntomas –más tangibles que nunca, sino, observemos el cambio climático en el mundo- hacen de que la tierra entre en una franca crisis ecológica.
El organismo internacional para la conservación del medio ambiente y la ecología Greenpeace, hizo una observación pertinente y exacta con respecto a la esencia del problema medio ambiental. Ellos afirman que las grandes empresas deben tener en cuenta en cómo deshacer los productos que elaboran. Es decir, se sintetiza en una trilogía: “la manera de producirlos, usarlos y deshacerlos”. Es harto conocido que el hombre sabe producir, usar, mas no desechar adecuadamente los productos, y esto es lo que finalmente origina la contaminación.

En el Perú como en el mundo, se está tomando medidas. Un paso importante en nuestro país es la creación del Ministerio del Medio Ambiente, que tendrá la ardua labor de dirigir, verificar, y sancionar todo lo referente a política medio ambiental.
Pero, mientras tanto, usted y yo ¿qué podemos hacer al respecto? Si bien es cierto que a casi todo el mundo le preocupa el medio ambiente; también es cierto que no les molesta arrojar basura al suelo (papeles, botellas, bolsas, etc) o por ejemplo, dejar la luz encendida cuando nadie la utiliza. Parecen cosas de poca importancia, pero si ponemos en práctica una ‘cultura ecológica’, donde usted y yo y miles de millones de personas hiciéramos lo correcto, la situación sería muy distinta.

Siempre he pensado que para todo en la vida, es muy importante la ‘actitud’; y en este problema ambiental en el cual estamos todos inmersos –porque no tenemos otra ‘casa’ que no sea la tierra- es donde debemos cambiar.
Conservemos energía, cerremos el caño y no desperdiciemos el agua (tan vital para nuestra vida), clasifiquemos los deshechos sólidos, no contaminemos el aire, no arrojemos indiscriminadamente basura a la vía pública. Es totalmente desagradable, ver a un niño botar una botella o papel a la calle, a vista y paciencia de los padres. Tomemos conciencia, eduquemos a nuestros hijos, eduquemos a la comunidad.
Acaso, ¿no han reflexionado en qué clase de planeta y qué futuro estamos dejando a nuestros hijos y nietos?

Como siempre, invoco a las instituciones a tomar medidas reales y concretas para conservar el medio ambiente y así contribuir en la estabilidad ecológica del planeta.

Pese a esta lúgubre realidad, existe ya un clima de cambio, y esto reconforta; pero, no olvidemos que no son las políticas quienes harán el trabajo, sino, nosotros; sus habitantes.

Cambiemos de actitud y amemos la naturaleza como la vida misma.