EVO...CACIONES DEL PASADO (Bolivia en su laberinto)

Bolivia --a diferencia de Perú-- tiene mucho que aprender en materia militar; así que está bien que asistan como observadores a esta función estelar y tomen nota en cómo se desarrolla una invasión en cabecera de playa; no vaya ser que sean sorprendidos en el futuro por los chilenos invadiendo el lago Titicaca, y luego, como lo demuestra la historia, correr bajo el brazo amigo del Perú para que lo defienda y se compre una guerra ajena como sucedió con la del Pacífico, dicho sea de paso, una vez que Bolivia perdió Antofagasta lo mínimo era seguir apoyando al Perú, pero, cual llamita asustada huyó a sus serranos andes a llorar y a revolcarse en sus lamentaciones. Típica actitud boliviana, ¿verdad Evo?
Ahora Evo en su inmensa sabiduría, ha decidido comprar seis aviones caza a China por un valor de 57,8 millones de dólares que, estarán destinados a reemplazar material de vuelo obsoleto que la Fuerza Aérea de Bolivia utilizaba en la lucha contra el narcotráfico, dijeron los diarios La Prensa y Cambio citando un decreto gubernamental.

Entiendo que Bolivia enfrenta grandes niveles de persistente pobreza y desigualdad. Actualmente el 65% de la población vive en la pobreza y el 40% en la pobreza extrema.* Entonces con semejante forado social, cómo Evo se atreve embarcarse en estas compras bélicas; aquí influye mucho Venezuela y Chile, objetivo: Perú. Todos los países son soberanos y verán lo que mejor les conviene, pero está claro que la carrera armamentista en Sudamérica está en boga. Sólo espero que los bolivianos sepan usar sus armas y aviones para defenderse y no empezar algo que nunca podrán acabar. ¿Estamos Evo? Zapatero a tu zapato, porque lo único que sé de ti es que sólo sabes chacchar hojas de coca. ¿Que soy racista por escribir esto?, entonces sí lo soy.

Espero que el pueblo boliviano amantes de la paz, sepa juzgar la actitud belicista de su presidente.

*EVALUACIÓN DE LA POBREZA EN BOLIVIA: SENTANDO LAS
BASES PARA UN CRECIMIENTO A FAVOR DE LOS POBRES
Por Omar S. Arias y Magdalena Bendini