Hace un tiempo leí un artículo de Rafo León. Hilarante e irónico, como siempre. El título era sugerente y osado. "Perú, país de mierda".
"Vivimos en un país de mierda, pues, por donde se mire sólo hay corrupción, coimeo, 'avanza, pe, cuñao', 'al fondo hay sitio, 'apura, pe, tía' y demás frases recogidas de nuestra chola urbe". Y no le falta razón a Rafo.
Hoy estuve en el centro de Lima tratando de cruzar la Av. Tacna. El semáforo indicaba luz roja, y creí hasta hoy, que cuando cambia hacia esa luz erótica, todos los vehículos deben detenerse. Pero no. Hoy fue distinto. Las combis malditas, -de mierda-, no respetan ninguna clase de luz -ni la divina-, si no es por una recia señora que me tomó del brazo, no estaría, hecho una mierda, escribiendo esto.
Caminar en Lima es caminar sorteando minas. No sabes qué te puede suceder a unas cuántas cuadras. Así que desde hoy he decidido ser agresivo con cuanto 'transportista' urbano se me cruce en mi camino. Sí, en verdad. Porque lejos de pedirte disculpas se enajenan insultándote todavía. Así que desde ahora en adelante, no sólo me voy a fijar en las luces, sino también, los miraré fijamente a los ojos a estos 'transportistas' y los mandaré a la mierda.
He dicho.