miércoles, 29 de julio de 2009

¡VOLEY MATADOR¡


Abrase visto. Las chicas son soberbias –me refiero las del voley— y a ritmo de calentamiento se le ganó holgadamente a Trinidad y Tobago (a propósito, son bastante altas y poseen el perfil deportivo para este deporte, pero muy escasas de técnica a comparación de las nuestras). Hoy se enfrentan a Cuba, y ahí las quiero ver. Sé que no defraudarán. Son chicas de empuje y garra. No se dejan amilanar así nomás. Tienen ‘calle’.


El Perú desde hace mucho tiempo necesitaba de este tipo de catalizadores para ‘disimular’ los sinsabores a los que estamos acostumbrados; desde decepciones políticas, faranduleras, deportivas, religiosas y hasta sexuales. Sólo hemos encontrado un clímax de pasión y exaltación con cada punto que las chicas anotaban. Ah… pero el colmo de la máxima exhalación de aliento de vida, fue la ‘patadita de Dios’. Sencillamente apoteósica. Magistral. Para gozarla con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta. Nunca sentí tan insuflado el pecho. Me atraganté. Por eso, creo, que he vuelto a tener confianza en el deporte peruano, (el único aspecto de mi país que no es santo de mi devoción: el deporte), confianza en ellas, y aún no en ‘ellos’. Me parece que valores hay. Están allí. Sólo necesitan la oportunidad.


Espero que el IPD y el Ministerio de Educación den mayor impulso a esta disciplina sobre todo en provincias, donde existe mayor probabilidad de encontrar destacadas deportistas.

Vuelve a renacer en mí la esperanza deportiva.

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