miércoles, 15 de julio de 2009

AGRIPADAS MEDIDAS


¿Es realmente una medida acertada y más que eso, efectiva, contra la propagación de la gripe AH1N1, adelantar las vacaciones en los colegios y suspender todo tipo de actividades escolares como desfiles –característicos en fiestas patrias—, viajes de promoción y demás eventos? No. No es ni acertada y mucho menos efectiva.
Bajo esa misma premisa, deberíamos suspender todo tipo de actividad social.

El gobierno, o el Minsa, debería prohibir… a ver: misas y todo tipo de reuniones religiosas, clases en universidades, institutos, academias, asistencia a los cines (sobre todo a los cines. Son dos a más horas de constante sometimiento a un sinnúmero de virus y bacterias volátiles en un ambiente cerrado y caliente –caldo de cultivo para el contagio--), viajes interprovinciales (dependiendo el lugar de destino, pueden se de entre tres o 14 horas de viaje en otro ambiente cerrado y tibio), y muchas otras posibilidades de contagio, que no sólo se puede dar en los colegios.

¿Que los chicos son los más propensos al contagio de la gripe? Seguramente, pero ¿qué nos asegura que estos mismos chicos van a estar en sus casas aislados… y en VACACIONES? Dejémonos de medidas jaladas de los pelos, que no servirá de nada. Lo que el Minsa debe intensificar es una agresiva campaña de prevención contra esta enfermedad: lavarse las manos, evitar contagiar a los demás cubriéndose el rostro al toser o estornudar; son medidas tan sencillas, que debemos concientizar.

Es desagradable –y hasta ‘noico’-- estar en un micro con las ventanas cerradas por el frío limeño y de repente un ignorante (porque no se le puede llamar otra cosa) atesta un sonoro y aterrador estornudo desparramando por todo el vehículo sus fluidos mucosos y acto seguido –o mejor dicho reflejo— la gente abre sus ventanas como si estuviéramos de paseo por el campo. Es ahí donde debemos aplicar nuestro civismo y poner en práctica las medidas de prevención. El virus no distingue colegios o micros.

Así que de ahora en adelante, tú tienes una responsabilidad en tus manos –con jabón claro— de cuidar la salud de la comunidad.

Prevención es vida. Cuídala.

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