domingo, 13 de julio de 2008

EL "MAS ALLÁ" DE LAS LETRAS


Por Eduardo Antay

¿Por qué es tan difícil escribir una historia? Desde hace tiempo estoy escribiendo una novela, pero a medida que avanzo me aterra, no por la historia misma, sino porque siento que a veces las ideas atan sus mudas, se toman de las manos y se marchan; dejándome en la más absoluta orfandad. El espíritu de uno en ese memento tan crucial de la obra, se desvanece, cae. Pero ya le cogí el juego, lo mejor en esos casos es dejar todo, levantarte e irte. Abandonar a la inspiración con ideas incluidas... si quieren irse, váyanse, relájense, tomen un respiro, si quieren demórense; pero eso sí, no olviden que "YO" les doy vida. Sin mí serían letras muertas, abstractas, y etéreas. Conmigo toman cuerpo, viven, se transforman; dejan el mundo subjetivo para ser figuras concretas, espacios de tiempo concretos. Ustedes conmigo, hacen vivir al hombre, le sacuden el alma, lo hacen llorar, reír, indignar y amar. Sin mí no son nadie: 'ideas'.

Me gustaría acabar ya. Sé que soy impaciente, pero he aprendido que el ingenio marca su propio tiempo. Ese torrente de ideas, tú no lo atrapas y exprimes; no, sino, 'él' cuando le da la gana te busca, te encuentra y te posee. Eres marioneta de las letras; es ella quien decide cuándo, dónde y cómo escribir. Nosotros pobres mortales sólo somos simples vehículos de montar y arrancar.

El tiempo me ha enseñado que cuando decido escribir, no es porque quiero hacerlo, sino, porque 'alguien' ha decidido hacerlo. Así que me siento en la penumbra con un café a mi lado y converso con ese 'alguien'; discuto, guerreo lo que debemos plasmar en un texto, hasta que finalmente llegamos a un acuerdo que nos beneficia a los dos. Sólo que 'él' tiene licencia para trabajar cuando le dé la gana, no yo. Yo soy su esclavo. Ese es el acuerdo. A cambio, me da las ideas, pautas, escenarios, figuras literarias, tiempos con lo que debo escribir. Ese es el acuerdo y yo lo consiento.

Hoy quise continuar escribiendo, pero no pude. 'Él' no está. Estará de paseo, no sé, pero no está. Y yo, frente al monitor no sé qué rayos escribo, pero sólo dejo que mis dedos toquen los teclados -sabe Dios cómo- para escribir lo que gentilmente ustedes leen.

Sólo termino diciendo que este vano oficio proviene de otro lado, que nos toma por sorpresa y nos impulsa a crear, recordar, o revivir los vericuetos misterios de la mente o de la vida, tratando de 'inventar' una historia, un cuento, un relato o de sólo contarla tal como es.

Y a 'ti' te digo: "Te estoy esperando. No tengo todo el tiempo. ¿Te apuras?"

1 comentario:

Mario Saldaña dijo...

Lalo Antay: ¡Quién como tú que puedes decir "estoy escribiendo una novela"!
Muchos estamos antes de pensar "desearía" escribir una novela.
¡Vale!
mariosaldanar.blogspot.com