Afiliado a la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP) Reg. Gremial 6665
"El periodismo es observación, lucidez, conocimiento, pero también imaginación y fantasía". Lo dijo ayer en la iglesia de San Juan de los Caballeros de Segovia Mario Vargas Llosa, que defendió un periodismo "bien escrito" por periodistas "transparentes", y que recordó cómo su "experiencia del periodismo" ha sido esencial para su trabajo como escritor.
Es lo que siempre he pensado, que el oficio de periodista y escritor está dividido por una delgada línea entre la realidad y la fantasía.
Pero, por hoy no quiero hablar de ello, sino, del noble –y a veces mal usada—vocación de periodista.
El periodista debe ante todo ser aguerrido, intuitivo, sagaz y atrevido. Es el hombre que hace de la realidad una noticia narrada con visos de literatura. El periodista debe tener una marcada y sobresaliente ética en su profesión.
Conocemos en nuestro medio de innumerables hombres de prensa que traicionaron la embestidura del periodismo y que en este largo caminar ha costado recomponer la imagen del periodismo.
El periodista debe ser veraz y objetivo con lo que informa. Debe ser líder de opinión y crear conciencia y juicio en la sociedad. Alcanzado esto, se cumple la función de informar y comunicar los hechos de manera objetiva.
La sociedad de nuestro tiempo se debe mucho al periodismo; en él recae la responsabilidad de formar opinión, y de hecho, hacer viable la convivencia entre sus integrantes. ¿Acaso no saben de periodistas que azuzan a la sociedad a rechazar o aceptar tal o cual posición, líder, condición, políticas, estrategias, y demás factores que encaminan a una estabilidad o caos en la sociedad? Es por ello que el periodismo se debe ejercer con responsabilidad y decencia; pilares importantes de un buen periodista.
A todos los colegas un abrazo en este día, esperando que el compromiso de ser mejores habite nuestro corazón para el bien de nuestra sociedad.
Es lo que siempre he pensado, que el oficio de periodista y escritor está dividido por una delgada línea entre la realidad y la fantasía.
Pero, por hoy no quiero hablar de ello, sino, del noble –y a veces mal usada—vocación de periodista.
El periodista debe ante todo ser aguerrido, intuitivo, sagaz y atrevido. Es el hombre que hace de la realidad una noticia narrada con visos de literatura. El periodista debe tener una marcada y sobresaliente ética en su profesión.
Conocemos en nuestro medio de innumerables hombres de prensa que traicionaron la embestidura del periodismo y que en este largo caminar ha costado recomponer la imagen del periodismo.
El periodista debe ser veraz y objetivo con lo que informa. Debe ser líder de opinión y crear conciencia y juicio en la sociedad. Alcanzado esto, se cumple la función de informar y comunicar los hechos de manera objetiva.
La sociedad de nuestro tiempo se debe mucho al periodismo; en él recae la responsabilidad de formar opinión, y de hecho, hacer viable la convivencia entre sus integrantes. ¿Acaso no saben de periodistas que azuzan a la sociedad a rechazar o aceptar tal o cual posición, líder, condición, políticas, estrategias, y demás factores que encaminan a una estabilidad o caos en la sociedad? Es por ello que el periodismo se debe ejercer con responsabilidad y decencia; pilares importantes de un buen periodista.
A todos los colegas un abrazo en este día, esperando que el compromiso de ser mejores habite nuestro corazón para el bien de nuestra sociedad.
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