viernes, 10 de octubre de 2008

SOMOS IMPERFECTOS


Desde que el hombre es hombre, es imperfecto. En las civilizaciones primitivas –donde no existían leyes ni normas– el hombre se desenvolvía 'naturalmente'. Es decir los apetitos sexuales los satisfacía cuando sentía necesidad de hacerlo. Por ello el incesto como el asesinato era moneda corriente en muchas culturas.
Hoy nos parece abominables los hechos cometidos con tanta normalidad en esos tiempos.
¿Entonces qué ha pasado ahora que, para nosotros, eso ya es antinatural? La respuesta está en la cultura. Cuando nació el concepto de 'cultura', cuando nació la fe, lo espiritual, y demás corrientes, entre ellas obviamente las filosóficas; fue el momento en que optamos por frenar nuestros impulsos naturales. Desde ahí el hombre trata de dejar de ser lo que somos, criaturas con impulsos naturales.

Cuando nacemos y a lo largo de nuestro crecimiento, nuestros padres y la sociedad nos dicen lo que debemos de hacer. "No toques tus partes", "no pegues", "no mates", "no tengas sexo", "no robes", "no te masturbes", "no seas corrupto", entre otras muchas prohibiciones.
Día a día el ser humano tiene una lucha constante consigo mismo por evitar hacer lo que se supone no debemos hacer, porque para la sociedad es malo o aberrante; y si se hace se castiga. Para eso existen las leyes. Para evitar que seamos personas 'naturales'.

A veces pienso, ¿por qué culpar a alguien por tal o cual delito? Si nosotros mismos podríamos cometerlos. Es nuestra memoria primitiva la que nos arroja a realizar actos que para 'él' son normales y que en cierta forma deseamos y necesitamos.

La corrupción en el país, a raíz de lo visto y oído con los lotes de petróleo dados al mejor postor, visto desde lo más profundo del ser, es normal. Así somos, así es el hombre aquí y en la China. El ser humano no es perfecto. Si no, Parafraseemos a jesús: "Que tire la primera piedra aquél que no tiene pecados".

Somos humanos y como tales imperfectos.