martes, 17 de junio de 2008

LA CRUZ DEL SUR


Por Lalo Antay

Inadmisible. Eso es lo que considero las revueltas en Moquegua.

¿En qué país vivimos? ¿En una aldea de salvajes? Piensa mal y acertarás -eso me decía mi madre- y estoy seguro que detrás de todo esto, deben estar los revolucionarios de toda la vida (ya saben a quién o quiénes me refiero).

¿Por qué no somos más civilizados, recatados y razonables? Casi me olvido; es el abismo social que existe en nuestra patria -esto nos distancia culturalmente- pero, que no justifica la salvajada cometida por unos energúmenos del sur.

En un país como el nuestro, donde existe el estado de dercho, debería existir para todos sin excepción; para ciudadanos como para policias. ¿Y qué sucedió allá? Tomaron de rehén al mismo general con su personal a cargo. Eso es el atrevimiento de la ignortancia.

Debemos aprender a respetar a nuestras autoridades -porque eso es darle vida y vigencia al estado de derecho- gusten o no nos gusten. Ese el preciado axioma de una democracia.

Si queremos protestar, hagámoslo, pero no de la forma tan desproporcionada como se ha hecho en Moquegua -ciudad por lo demás preciosa- que ha afectado a un sinnúmero de personas que nada tienen que ver con el asunto, como niños, ancianos y extranjeros; a menos, que tengamos un objetivo mucho más diabólico: la desestabilidad política del estado.

Si fuera así, que el peso de la ley caiga sobre los organizadores y líderes de esta revuelta, y que las penas sean severas.

Mientras tanto, si es necesario, las fuerzas armadas deberían entrar a poner "orden y disciplina", y repartir unos cuantos 'cariños' a la indomable, atrevida y desbocada multitud.

El Perú crece y con él debe crecer su gente; no permitamos que ciertos desadaptados sociales se inpterpongan. Es hora de que las autoridades deban poner no la mano, sino, el 'puño' duro.

He dicho.