sábado, 21 de junio de 2008

FRÍO NUESTRO DE CADA DÍA

Por Eduardo Antay Díaz

El clima es extremo. Oficialmente el invierno se impuso en este lado del hemisferio. Y Lima no ha sido la excepción. Hemos tenido ultimamente unas mañanas gélidas y frias. El gris del cielo limeño ha sido casi, casi melancólico. ¿Ganas de trabajar?, no lo creo, ganas de pensar, reflexionar y recordar es a lo que estimula este clima.

En esta estación del año me gusta desplazarme por todo Lima; mirar las calles mojadas, brillosas, peligrosas. Ver con atención como el aliento tibio de los limeños se contrasta con el frío del ambiente, brindando un espectáculo casi dragonesco de humo al hablar.

Observar como los viejitos --y no tan viejitos-- se calientan con los humeantes emolientes de 7 sabores. Ver a los niños sonámbulos llevados casi arrastras por sus padres al colegio (qué dolor siento por ellos), sin darse cuenta que los chicos van dejando regado por las calles sus útiles escolares, debido al sueño que llevan hasta en la mochila.

Mirar a las trabajadoras del hogar--con mandil blanco y plástico encima debido a la lluvia-- corriendo a encontrar el pan calientito para los señores de la casa.

Así es Lima por estos dias. Fría, gélida, y gris. Pero la vida continua y el calor del verano lo llevamos como siempre en el corazón.

Me gusta Lima la gris. Me gusta el invierno, porque lejos de abrigarse, se desnuda el alma de sus habitantes.

1 comentario:

*Tany* dijo...

El invierno, nos hace refugiarnos en los pensamientos mas cálidos de nuestra mente.

Extraño ver ese cielo "color panza de burro".Esos días grises en los que me encontraba sola, pero muy conmigo misma.


Un saludo, y muchísimas gracias por visitar mi blog.

*Tany.