MI CENSO EN VIVO

Ayer 20 de Octubre, decidí censarme en casa de mis suegros. Así que desde el sábado nos apostamos, con Mirzam, en casa de ellos. La mañana se presentaba prometedora, un sol casi radiante como así nomás no se muestra en Lima. Nos aprestábamos a tomar el desayuno de rigor, cuando derrepente recibimos la llamada de un canal de TV.

Canal N estaría en casa en menos de lo que canta un gallo. No nos dio opción a darnos ninguna acomodadita. Llegaron los chicos con las cámaras, cables, antenas y dispusieron todo. Ahora la espera era detectar donde estaba el censador para reclutarlo en casa y proceder con el censo. Las cámaras se encargarían de transmitir todo el proceso en vivo para todo el Perú. El jovencito, nerviso él, entendió que de ésta no se escapaba. Accedió, previo aviso telefónico a sus familiares de que iba ser estrella por un minuto. Lo que resultó fue una transmisión de cerca de 30 minutos, expuestos desde la intimidad de la casa de mis suegros al Perú.

¿Por qué cuando alguien ve en la tele a un conocido cercano, inmediatamente lo llaman por teléfono? ¿Acaso es increíble? eso fue lo que pasó. En el momento que el censador empezaba hacer las preguntas, el celular comenzó a faltarme el respeto de una manera endiabladamente enloquecida. Tuve que apagarlo, cosa que nunca hago así nomás. Pero debí hacerlo.

Que bendita costumbre de llamar, cuando están viendo a alguien ocupado. Nunca pensé que ese día iba ser famoso, no por 5 minutos, sino por cerca de 30 minutos. Bueno, así es. Nadie sabe lo que te puede deparar el día. Ahora, debo como lo he venido haciendo, contestar a todos sus curiosidades de ese momento. Espero, los amigos que no veo desde hace mucho tiempo, acá y en Piura, se hayan acordado de mí. Y a ellos un saludo a lo lejos.

Lalo Antay