miércoles, 23 de abril de 2008

TODO TIENE SU FINAL...


Cuando empecé el diplomado de Visitador Médico, me pareció un poco largo el tiempo, seis meses. Esta semana llegamos al fin del curso. Increíble. Después de tantas fórmulas y principio activos, nombres genéricos y comerciales de los fármacos, amén de la capacidad de oratoria (floro barato -me dicen por ahí-) y de llegar a saber donde está ubicado la "trompa de Eustáquio" o de aprender a amenazar a las chicas con suprimirles el "hipogloso", creo que ha sido una experiencia muy enriquecedora.
El conocimiento no tiene tiempo ni espacio. Se aprende siempre. El conocimiento está allí para que lo tomes entre tus manos. Sólo hay que decidirse a hacerlo.
Recuerdo la primera clase donde todos nos mirábamos como bichos extraños. Había un silencio sepulcral y casi nadie daba el primer paso...a excepción de ya saben quién.

Luego el clima se puso distinto. Nadie se quedaba callado. Eran un martirio para el oído. Pero eso era bueno, pues se notaba que habíamos pusto en práctica todos los estudios realizados. Y no sólo eso, sino que , ahora todos son médicos, ah sí, si tienes un malestar, no dudes en aventurarte en preguntar qué fármaco se debe administrar...y lo sorprendente es que la chuntamos. Así como lo lees. O es que, hemos sido muy aplicados o hemos tenido buenos profesores -tendré tiempo para pensar- pero, lo cierto es que han sido seis meses buenos, con buenos compañeros también.

Cómo olvidar esa tarde en la Plaza San Martín con mi afanoso grupo, tratando de ubicar a alguien para hacer nuestro trabajo de investigación...¿recurdan grupo?

En fin, ahora he oído preguntar si van a seguir algún otro curso, no importa si es corte y confección, con tal de seguir juntos en una clase. La camaradería no se olvida de la noche a la mañana.
Para todos mucha suerte y espero no perdamos comunicación. Probablemente nos veamos por algún pasillo de un hospital o clínica...quién sabe.

Mucha suerte a todos!!!

Lalo Antay

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