martes, 10 de febrero de 2009

LA COMÚN FRASE: "Qué tal cul..."


Una vez oí que un par de ‘buenas nalgas’ puede cambiar las cosas. Es cierto que el hombre (me refiero al género masculino) ostenta cierta predilección por el trasero de una mujer –y no tan mujer— para determinar si una mujer está ‘buenaza’. Pareciera que la belleza de una dama se condensara en esa zona de apetecibles protuberancias. En nuestra cultura –muchas veces chicha— se dice también con despectiva forma de: “La cara la ofende, pero el ‘culo’ la defiende”. Viviendo y respirando esta común norma, nos topamos con hombres que aprecian las nalgas de una mujer; otros las desean; y otros simplemente las toman. Aquí están los que sufren alguna desvariación debido a la enfermiza obsesión de tamaños aperitivos.

Debemos saber que una mujer es sencillamente bella, por el hecho ya, de ser mujer. El interés que pueda despertar en un hombre, ya depende de muchos factores (empatía, gracia, cosas comunes y por su puesto, el físico) Me pregunto a veces, y las mujeres ¿qué es lo que le miran al hombre primero? No lo sé. Ni me imagino. Pero creo que no nos sintetizan sólo a algo. Hasta podría decir que son más inteligentes para fijarse en un hombre.

La foto arriba adjunta, ¿te lleva la mirada hacia un lado? De ser así, estás en problemas, amigo.

Esperemos que cuando nos fijemos en una mujer (sea pareja, o amiga) no lo hagamos con esos ojos de kinesiólogo falto de acción. Toda dama es digna de respeto.

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